El programa piloto de tutoría virtual de Big Thought se convierte en un éxito
“Llevamos tiempo haciendo este trabajo y hemos adquirido un poco de fortaleza al hacerlo”, declaró James Adams, Director de aprendizaje fuera del horario escolar de Big Thought, “pero, a menudo, nuestra mejor habilidad es escuchar. Escuchamos. Aprendimos y nos apoyamos. Y al hacerlo nos dimos cuenta de que para ir más allá de lo pertinente, tenemos que ser capaces de responder a las necesidades”.
En respuesta a la necesidad de proporcionar apoyo a los estudiantes cuyo rendimiento académico se había visto afectado por el aprendizaje durante la pandemia mundial, la de actividades fuera del horario escolar (OST) de Big Thought puso en marcha servicios de tutoría especializados, diseñados específicamente para impartir clases particulares de Matemáticas a estudiantes de segundo, tercer, quinto y sexto grado.
Con las tutorías virtuales, el enfoque no era solo mejorar las calificaciones o los resultados de Matemáticas. En cambio, el programa piloto también dio prioridad a establecer conexiones con los estudiantes y ayudarlos a aumentar su confianza al integrar el aprendizaje social y emocional. “Nos hemos centrado más en ofrecer una programación de calidad que en preocuparnos por las cifras”, dijo la Gerente de Programa de Big Thought, Keila Williams. “Esperamos que al establecer relaciones, los estudiantes no tengan miedo a las Matemáticas ni sientan que no pueden hacerlo”.
Big Thought se puso en contacto con la educadora Lily Binford para ayudar a diseñar la parte académica del programa de tutoría. Como líder de aprendizaje virtual, Binford desarrolló un programa de varias semanas para complementar lo que los estudiantes ya estaban aprendiendo en sus aulas. También diseñó la formación de los tutores del programa para ayudarlos a familiarizarse con los Conocimientos y Habilidades Esenciales de Texas (Texas Essential Knowledge and Skills, TEKS) de Matemáticas. “De esta manera, mientras ofrecían tutorías podían adaptar la instrucción a las necesidades de los estudiantes y a los TEKS específicos en los que necesitaban apoyo”, dijo Binford.
En un espacio de oficinas directamente adyacente a la sede de Big Thought, los tutores trabajaron virtualmente con estudiantes de tres escuelas primarias y tres intermedias a partir de las siete de la mañana. Cada recinto escolar contó con la asistencia de aproximadamente 20 estudiantes a las sesiones, divididos en cinco grupos. “Una de las ventajas de las tutorías en grupos reducidos es poder atender realmente las necesidades individuales de los estudiantes, y nuestros tutores son simplemente increíbles”, agregó Binford. “Me ha sorprendido la capacidad y el corazón de estos tutores para adaptar su instrucción a la plantilla de evaluación proporcionada”.
El formato también ha permitido que los tutores se adapten a diferentes estilos de aprendizaje y desafíos, ya sea ayudando a un niño de segundo grado a aprender a dar la hora o a un estudiante mayor a prepararse para las pruebas estandarizadas. “No vamos a poder abordar todos los retos que los estudiantes puedan tener con las Matemáticas”, dijo Williams. “Pero si somos capaces de fomentar su confianza y pueden salir diciendo: ‘¿Adivina qué? ¡Ya sé qué hora es hoy!’, estoy contento con eso”.
Además de centrarse en ayudar a los estudiantes a navegar por los TEKS de Matemáticas, el programa también incorporó deliberadamente el aprendizaje social y emocional en las sesiones de tutoría. Desde dedicar tiempo a las pausas cerebrales hasta dar a los estudiantes un espacio para compartir sus sentimientos y abogar por sí mismos, el Aprendizaje Social y Emocional (SEL) fue una parte clave de la estructura del programa.
Ese doble enfoque en lo académico y en las habilidades de SEL condujo al éxito del programa piloto. “Definitivamente vemos la emoción en los estudiantes y esperan con ansias estar en una sesión de tutoría con nosotros”, agregó Williams. “Queremos asegurarnos de que no se sienta como una tarea más, no solo para los estudiantes sino también para los maestros, somos conscientes de que ha sido un año difícil para todos”.
Sin embargo, ofrecer una tutoría OST atractiva en medio de una pandemia no ha estado exento de dificultades. Se requiere un pensamiento dinámico y sobre la marcha, sobre todo porque los tutores no están físicamente en el aula. “Siempre tenemos que tener esa capacidad de adaptación y de flexibilidad, tanto para las escuelas como para los estudiantes, de modo que podamos tratar de satisfacer sus necesidades”, dijo Williams.
Con base en esas situaciones que el equipo encontró, Binford ha creado lo que Williams llamó “un libro-informe”, un documento repleto de información importante y de cosas para tener en cuenta. La esperanza es que, en el futuro, el programa de tutoría virtual OST de Big Thought pueda repetir su éxito con otros.